martes, 1 de marzo de 2016

ZOOM (2013) Fragmento



ZOOM de Luz Lassizuk

Pequeña obra para actriz, escenografía en miniatura sobre su cuerpo, cámara de video portátil y voz intervenida con sonidos propios de los distintos paisajes.



I.

Oscuridad. Voz de mujer. Con la cámara se proyecta un “caos” de colores, formas y sonidos irreconocibles. Tierra lleva el relato.



TIERRA: Dicen que en el comienzo era el caos. No existían los ríos, ni el mar, ni el cielo con nubes, ni las montañas, ni el sol, ni nada. Nada de nada. No había formas, ni colores, ni olores, ni nadie para darse cuenta de la falta.

Dicen que Dios, o la Naturaleza, o quien sea, puso fin a todo este desorden separando el aire, el fuego, la tierra y el agua. El orden. La obsesión por lo ordenado. Alguien, antes del comienzo de todo, decidió que el caos tendría que dejar de ser. O al menos dejar de ser todo. El fuego en el centro, el hielo en los extremos. La vida en el medio del calor y del frío.

Después se pusieron límites entre el mar y la tierra, y se crearon los ríos, los lagos, los estanques, los océanos. Y también apareció lo verde: los campos, las selvas, los bosques, las hojas de los árboles. Y entonces también los otros colores. Se crean el cielo, las nubes, los rayos del sol, y así también la lluvia, los truenos, los vientos huracanados, la nieve. Y alrededor de todo, las estrellas.

Pero el escenario sólo no alcanza, entonces se crean los peces, las aves, los gusanos, los animales que corren y gruñen, las jirafas, los pingüinos, los caballitos de mar.

Y después, un día, el hombre y la mujer. Porque alguien tenía que venir a desordenarlo todo.

Y a partir de entonces, Dios o la Naturaleza o quien sea, se desentendió del asunto. En el mejor de los casos.

Y aparecieron las construcciones, los pueblos, las ciudades, las luchas por el poder, la ley de la selva, la supervivencia del más apto, las guerras, las religiones, las máquinas de vapor, las fábricas, la explotación, las guerras de nuevo, la medicina oriental y occidental, los aviones, los barcos, las obras de arte, la tele, el cine, la gente en la calle, la amistad, la política, el amor.

Y en medio de todo esto, los hombres, haciendo lo que pueden para vivir sus vidas.

Y así sigue todo hasta ahora.



(Viento que sopla)

Más información sobre la obra ACÁ

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