viernes, 24 de julio de 2020

Cambiar de paisaje




Mi lista de cosas que extraño está encabezada por "Cambiar de paisaje". Aunque sea un ratito, viajar, mirar por la ventanilla, sentir el viento fresco en la cara, caminar sin tiempo, perderme antes de volver. Cada día me escapo un momento en mis pensamientos para darme aire, darme fuerza. Pienso o, más bien, me asaltan los pensamientos, en cómo será el después de todo esto. Mi imagen de fin de cuarentena es así: todxs corriendo al parque, a un gran parque, a abrazarnos con todxs, con la familia, lxs amigxs, lxs vecinxs y lxs desconocidxs también. Y que el abrazo dure un rato, el contacto cercano. Y que después todxs bailemos al son de una música que suena en el parque y que pase el tiempo entre danzas y el sol nos ponga color en la cara y que, entre sonrisas, se haga de noche y bebamos y bailemos. Hasta que llegue el nuevo día y, cansados, nos recostemos en el pastito, uno sobre otro, como animales durmiendo y dándose calor. Y al despertar, la nueva vida. Lista para ser descubierta, con olor a jazmín chino volando en el aire y sonidos de pájaros y cada quien regresando de a poco a su casa a bañarse, a comer, a cambiarse la ropa y a volver al parque más tarde para estar cerca de nuevo porque así se ha decretado, porque así salió en el diario y en la web y en las app de cuidado: "acercamiento social permitido y satisfactorio."
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